martes, 25 de mayo de 2010

El helado científico


Por: Pamela Méndez 

De casualidad a alguno de ustedes les gusta el helado?
 
Y seguro tu mamá no te deja comerlo porque dice que te vas a enfermar de la garganta, que te van a salir caries, en fin, mil cosas.
Pues, ¿qué creen? Hoy nos vamos a poner a defender al helado, porque ahí donde lo ven, es más que una golosina.

Para los que seguramente me odiaron el sábado pasado porque dije todo lo malo de los Cheetos y ya no los dejaron comer más de estas frituras, se los compenso con esta información acerca del valor nutritivo de los deliciosos helados. 

En la elaboración del helado normalmente se emplea leche o yogurt, fruta y azúcar en el  caso de los artesanales y en los industriales se les agregan colorantes, saborizantes y conservadores.








Como parte de su historia, existe controversia si tiene sus orígenes gracias a los romanos, a los chinos o a los cocineros árabes, esto haciendo referencia a los sorbetes o nieves pero el helado del que hoy hablamos, el de crema, fue creado a partir de una receta de un cocinero francés que sirvió en la corte y que inventó una receta que incorporaba leche a los helados lo cual los hacia mucho mas ricos y se cuenta que el Rey le dio una gran recompensa para que reservase la formula únicamente para el uso de la mesa real, pero al cocinero le importó poco y la fórmula se conoció en todos los países. Y desde esa época viene la polémica sobre si el helado es bueno o no para la salud.

Y es que, aquí entre nos, el helado es algo de-li-cio-so, muy refrescante y todo un placer al que muy pocos podemos resistirnos y sobretodo en estos tiempos de calor. Pero escuchen, el helado es un alimento que nos aporta valiosos nutrientes como vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas.

Algunas personas creen que comer helado no alimenta y además de engordar provoca caries y hasta diabetes, pero fíjense 100 gramos de helado contienen el 15% del total de calorías que debemos consumir diariamente, así que comparado con otros alimentos como pasteles, el helado es un alimento mucho menos calórico. 


El helado, ahí donde lo ven, contiene proteínas y vitaminas sobretodo B2, por eso se le recomienda tomarlo a las personas de todas las edades, desde niños hasta ancianos y sobre todo a mujeres en periodo de lactancia.



De leche y de agua...

También debido a su base láctea –es decir, que está hecho de leche- el helado posee una gran cantidad de calcio, por eso es un alimento que sirve como alternativa para la merienda de los niños. ¿Cómo la ves?

Lo más recomendable para el consumo de helados es que se integren dentro de las comidas habituales y no comerlo entre horas. El consumo de helados supone un aporte energético más elevado que el de la leche entera y 100 g. de un helado de leche aporta menos grasas que un vaso de leche entera además, es bajo en sodio.

Les digo que es algo más que una golosina, porque incluso puedes incluirlo en tu alimentación no sólo como postre, también como ingrediente principal de muchos platillos. 

José Ruiz, chef de la Escuela de Hotelería de Barcelona, recomienda el helado de limón con langostinos o helado de vainilla con manzana asada y ciruela. Uy, ¡hasta se me antojo!
Por otro lado, cuando somos niños nuestro cuerpo necesita una gran cantidad de energía porque nos encontramos  en etapa de crecimiento y tenemos mayor actividad física; así que niños ustedes pueden comer más helado que nosotros los que ya no somos tan niños.

Ahora mamás, los nutriólogos aseguran que son sólo mitos que el helado cause dolor de cabeza, daños a la garganta o al aparato digestivo o que cause caries, fíjense:
Los helados no son alimentos especialmente cariogénicos porque no quedan retenidos en la boca un período de tiempo excesivo y, además, inducen a la salivación lo que constituye un factor de protección frente a las caries.
Al entrar en la cavidad bucal el helado se calienta a unos 8-10°C y además su deglución no es inmediata, por lo tanto los helados no tienen por qué irritar la garganta a no ser que se ingieran rápidamente sin dejar que se atemperen en la boca.



¡Saboréalo!, UMMM....

Por eso debe comerse a pausas: ni muy lento ni muy rápido.
Cómo ven, pues ¡A disfrutarlo!, ¿No? 

Nuevamente los invito a que se deleiten con los sabores de la vida, eso si: siempre en las debidas cantidades.

Los espero en la próxima para seguir Tras la ciencia de la nutrición, porque la ciencia ¡también se come!


Mundo Helado (Argentina)

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